Y dentro de esta sección, comenzamos el apartado de entrenadores con uno que cosechó grandes e importantes triunfos en su etapa en Patronato Maristas. Un entrenador que sin duda dejó su sello dentro del club y que actualmente es el Presidente de la Federación Bizkaina de Baloncesto.
Para mi hablar de Maristas y hablar de Patronato es recordar mis inicios en el baloncesto, al que llegué como muchos chavales de mi época desde el fútbol donde jugué de portero hasta los 14 años, momento en el que gracias a tres personas muy concretas tuve la suerte de poder entrar a jugar en el equipo infantil de Maristas. Esas personas fueron por orden de importancia, mi abuelo Rogelio, que día si y día también me insistía en que lo mío no era el deporte “rey”, en el que por cierto no me desenvolvía mal por alto, aunque llegar a los palos me costaba bastante más, Antón Larrauri, mítico jugador y entrenador del Águilas, que por aquel entonces trabajaba con mi padre en Durango, e Iñigo Albaina, jugador del equipo “El Salvador”, y que fue el que me introdujo en el colegio a través del hermano Esteban Villaba.
En aquella época Maristas-Patronato era un referente baloncestístico en Bizkaia y muchos chavales querían jugar en sus equipos, aunque pocos éramos los elegidos porque, al contrario que ahora, la fidelidad a los colores de tu colegio/club y las políticas de “fichajes” eran muy diferentes. Por otra parte, era mucho mayor el número de críos que en el propio colegio querían practicar baloncesto, y por lo tanto las vacantes eran mucho más limitadas. A esto había que unir la impagable labor de captación que realizaba Esteban Villaba, Jesús Ituiño, Ignacio Platero, Dioni Luja, y un largo etcetera de locos por el baloncesto que permitían al club adelantarse a otras disciplinas deportivas que rivalizaban con el baloncesto, como eran el balonmano y el fútbol 7. Aún recuerdo las “misiones” que los entrenadores, y a la vez maestros, del colegio hacían por las clases de 3º de EGB “reclutando” nuevos adeptos a la causa de la pelota naranja.
– ¿Tu mejor recuerdo de todos esos años (si se puede elegir solamente uno)?
Otro buen momento fue cuando en el año 1988 (Nota: Comprueba el año con Victor García, porque no se seguro si fue en este año o en el posterior) nos proclamamos campeones de absolutamente todo con mis queridos minis de Maristas. Incluso 8 de ellos formaron parte de la selección de Bizkaia Mini, de la que yo era entrenador, y también quedamos campeones de Euskadi. También ese año fui seleccionador de Euskadi de mini y quedamos campeones de España en Valladolid por primera vez en la historia, con 5 de Maristas….Un año inolvidable en el que también obtuve el título de Entrenador Superior en Toledo con tan solo 23 añitos…entonces era el más joven del estado. Incluso estuvimos en una Jamboré en Royston (Inglaterra), en la que acudimos con cinco críos en nombre de Bizkaia, y entre los cuales estaban dos de Maristas (Sergio Villanueva y Aitor Veiga).
Otro momento especialmente malo fue cuando tuve que tomar la decisión de no hacer ficha a un crío en el equipo de Minibasket porque por aquel entonces sólo se podían hacer 12 fichas (ahora se permiten hasta 15). Y fue especialmente doloroso porque en cierto modo yo me vi reflejado en aquel niño cuando años atrás había llegado al colegio y me quede sin mi viaje a La Coruña. Fue muy duro porque yo veía en la mirada de ese crío la ilusión por formar parte del equipo y compartir con sus compañeros la pasión que comenzaba a anidar en su corazón. Sin embargo tuve que tomar una decisión y te juro que me costó muchísimo. Traté de ser honesto con él y con sus padres e ir siempre con la verdad por delante. Años después este crío, ya adolescente, supo hacerse un hueco en el equipo, y hoy es el día en el que de todos ellos es el único que sigue en activo e incluso es pieza fundamental en la pervivencia del basket en el colegio. No hace falta que diga su nombre. Él sabe quién es y te aseguro que escribiendo estas líneas aún me emociono pensando en aquellos años.
El tercer mal momento en el cole fue cuando falleció Fernando Sierra, un jugador que tuve en mi última etapa como entrenador en Maristas y que falleció en el descanso de un partido de baloncesto que jugaba con el Patronato en La Casilla y que resultó un mazazo tremendo para toda la familia del basket bizkaino. Él ya no estaba en Maristas, pero siempre le consideramos como un “niño del cole”.
– Y aunque digamos que estas de excedencia actualmente, como te definirías como entrenador?
Lo primero decir, que en mi opinión, el hecho de no entrenar ahora no me impide sentirme como entrenador Creo que el que es entrenador, y así lo siente, lo es para toda la vida. Respondiendo a tu pregunta, yo me considero un entrenador de los denominados “emocionales” donde siempre he considerado más importante la motivación y activación del equipo que el mero trabajo de pizarra. Soy un firme convencido de que si uno mismo es capaz de creer en si mismo y en su “película” es mucho más fácil transmitirla a sus jugadores y alcanzar metas que inicialmente pudieran parecer quimeras. Creo que aveces nos complicamos demasiado en esto del baloncesto y hacemos complicado lo que es, y tiene que ser, mucho más sencillo. Como dice Moncho Monsalve, “el baloncesto es un deporte fácil, difícil de hacerlo bien”.
Como entrenador soy de la escuela de Gabi Gangoiti, como lo son Andoni Ibañez, Fernando Uribe o Javier Ruiz de Lazkano, entre otros, y aunque todos nosotros somos muy diferentes, compartimos la esencia de Gabi, y es la de ser apasionados de este deporte, y eso sin lugar a duda es marca Gangoiti.
A lo que yo estoy unido desde el año 2005 es al baloncesto bizkaino en su conjunto, lo que ocurre es que creo que el baloncesto femenino necesita de un especial impulso, sobre todo en el ámbito de la élite, pero los que me conocen saben que trato de ser ecuánime y consecuente en ese aspectos y tratar de ser igualitario en las oportunidades hombre y mujer en el ámbito del baloncesto.
En cuanto al nivel técnico de mujeres frente a hombres, yo creo que no depende tanto del género sino más bien del trabajo bien hecho que en los últimos años se ha realizado en el ámbito de la formación en chicas, sobre todo focalizados en algunas localidades concretas de Bizkaia. De todas formas, u en favor del baloncesto masculino en Bizkaia, he de decir que en las últimas temporadas se está trabajando mejor y esos se constata en el mayor número de jugadores de proyección y talento que están apareciendo en Bizkaia..aunque lamentablemente la mayoría de ellos están emigrando a otros lares por falta de proyección y oportunidades en nuestro territorio histórico.
Hombre!, mi trabajo está vinculado a la Ingeniería IDOM, de la que soy socio, y esto del basket “solo” es my hobby y mi pasión. Nosotros decidimos presentar nuestra candidatura a la Federación Bizkaina de Baloncesto en el año 2004 porque ya en el 2000 oímos al anterior presidente, Piru Azúa, que no entendía como después de 16 años en el cargo no había ninguna iniciativa de gente joven que quisiera tomar el mando de la federación, así que nos liamos la manta a la cabeza y en el 2004 ganamos las elecciones y hasta la fecha.
Tengo que reconocer que seguimos tan ilusionados como el primer día, pero seguramente más asentados y con una visión más global y estratégica que nos permite afrontar el presente y el futuro (si así se nos demanda y confía en nuestra gestión) con optimismo y eficacia.
Lehendakari
– ¿Y alguna anécdota curiosa vivida como jugador?
Base: Javi Salgado ex equo con Josean Betolaza:
Escolta: Iñigo Laría ex equo con J.J.Davalillo
Alero alto: Mikel Rojo
Cuatro: Román Carbajo ex equo con Oscar Altuzarra
Cinco: Antón Soler
…con derecho a equivocarme