Sociedad Deportiva Patronato

CONOCIENDO A: Germán Monge

Y dentro de esta sección, comenzamos el apartado de entrenadores con uno que cosechó grandes e importantes triunfos en su etapa en Patronato Maristas. Un entrenador que sin duda dejó su sello dentro del club y que actualmente es el Presidente de la Federación Bizkaina de Baloncesto.

 

Nombre: Germán Monge

Fecha de nacimiento: 12/07/1966
Lugar de nacimiento: Bilbao
Altura: 1,94 m
Equipo actual: Federación Bizkaina de Baloncesto
– ¿Que significa el colegio Maristas para ti?

Para mi hablar de Maristas y hablar de Patronato es recordar mis inicios en el baloncesto, al que llegué como muchos chavales de mi época desde el fútbol donde jugué de portero hasta los 14 años, momento en el que gracias a tres personas muy concretas tuve la suerte de poder entrar a jugar en el equipo infantil de Maristas. Esas personas fueron por orden de importancia, mi abuelo Rogelio, que día si y día también me insistía en que lo mío no era el deporte “rey”, en el que por cierto no me desenvolvía mal por alto, aunque llegar a los palos me costaba bastante más, Antón Larrauri, mítico jugador y entrenador del Águilas, que por aquel entonces trabajaba con mi padre en Durango, e Iñigo Albaina, jugador del equipo “El Salvador”, y que fue el que me introdujo en el colegio a través del hermano Esteban Villaba.

En aquella época Maristas-Patronato era un referente baloncestístico en Bizkaia y muchos chavales querían jugar en sus equipos, aunque pocos éramos los elegidos porque, al contrario que ahora, la fidelidad a los colores de tu colegio/club y las políticas de “fichajes” eran muy diferentes. Por otra parte, era mucho mayor el número de críos que en el propio colegio querían practicar baloncesto, y por lo tanto las vacantes eran mucho más limitadas. A esto había que unir la impagable labor de captación que realizaba Esteban Villaba, Jesús Ituiño, Ignacio Platero, Dioni Luja, y un largo etcetera de locos por el baloncesto que permitían al club adelantarse a otras disciplinas deportivas que rivalizaban con el baloncesto, como eran el balonmano y el fútbol 7. Aún recuerdo las “misiones” que los entrenadores, y a la vez maestros, del colegio hacían por las clases de 3º de EGB “reclutando” nuevos adeptos a la causa de la pelota naranja.

– ¿Cuantos años estuviste entrenando en Maristas?
En el frontón del Colegio viví momentos y experiencias inolvidables, tanto en mi primera etapa como jugador (años 1980-1984), como en la segunda como entrenador (1990-1992 y 1994-1997). En el intervalo del 92 al 94 emigré 2 años a Génova (Italia), donde también entrené y obtuve el título de instructor de minibasket italiano.

– ¿Tu mejor recuerdo de todos esos años (si se puede elegir solamente uno)?

 Yo señalaría varios buenos recuerdos. El primero, sin lugar a duda, el día en el que me dieron mi primera camiseta de Maristas (que por cierto no conservo porque había que devolverla bajo amenaza de expulsión del equipo si no lo hacíamos, aunque siempre había alguno que la perdía…como el caso de Alberto Paez y algún otro, ja, ja!). No te los vas a creer, pero aquella noche dormí con ella puesta, y me costó conciliar el sueño de pura emoción.

Otro buen momento fue cuando en el año 1988 (Nota: Comprueba el año con Victor García, porque no se seguro si fue en este año o en el posterior) nos proclamamos campeones de absolutamente todo con mis queridos minis de Maristas. Incluso 8 de ellos formaron parte de la selección de Bizkaia Mini, de la que yo era entrenador, y también quedamos campeones de Euskadi. También ese año fui seleccionador de Euskadi de mini y quedamos campeones de España en Valladolid por primera vez en la historia, con 5 de Maristas….Un año inolvidable en el que también obtuve el título de Entrenador Superior en Toledo con tan solo 23 añitos…entonces era el más joven del estado. Incluso estuvimos en una Jamboré en Royston (Inglaterra), en la que acudimos con cinco críos en nombre de Bizkaia, y entre los cuales estaban dos de Maristas (Sergio Villanueva y Aitor Veiga).

– ¿Y el peor?
 En cuanto a los momentos malos me acuerdo de tres. Cuando llegué a Maristas en la Temporada 80-81, nuestro equipo, entonces entrenado por Ignacio Platero, y en el que jugaban, entre otros, Antón Soler, Jorge González, Txus Vidorreta, Carlos Freire, Fernando Yániz, y otros tantos, había clasificado para el Campeonato de España de infantiles a celebrar en Gijón en el mes de Mayo. Yo me había incorporado tarde al equipo y no hubo tiempo de tramitar mi ficha por lo que no podía acudir. Yo era un crío y no entendía de licencias y permisos, y el hermano Esteban, yo creo que más por no herir mis sentimientos que por ánimo de ocultarme la realidad, me hizo albergar esperanzas infundadas de poder acudir. Así que me pasé toda la víspera del viaje a La Coruña pegado al teléfono de mi casa (entonces no existían los móviles) esperando la llamada que nunca llegó. Imagina la situación para un chaval de 14 años que nunca había ido más lejos que a Alberite de Iregua (Logroño) en vacaciones.

Otro momento especialmente malo fue cuando tuve que tomar la decisión de no hacer ficha a un crío en el equipo de Minibasket porque por aquel entonces sólo se podían hacer 12 fichas (ahora se permiten hasta 15). Y fue especialmente doloroso porque en cierto modo yo me vi reflejado en aquel niño cuando años atrás había llegado al colegio y me quede sin mi viaje a La Coruña. Fue muy duro porque yo veía en la mirada de ese crío la ilusión por formar parte del equipo y compartir con sus compañeros la pasión que comenzaba a anidar en su corazón. Sin embargo tuve que tomar una decisión y te juro que me costó muchísimo. Traté de ser honesto con él y con sus padres e ir siempre con la verdad por delante. Años después este crío, ya adolescente, supo hacerse un hueco en el equipo, y hoy es el día en el que de todos ellos es el único que sigue en activo e incluso es pieza fundamental en la pervivencia del basket en el colegio. No hace falta que diga su nombre. Él sabe quién es y te aseguro que escribiendo estas líneas aún me emociono pensando en aquellos años.

El tercer mal momento en el cole fue cuando falleció Fernando Sierra, un jugador que tuve en mi última etapa como entrenador en Maristas y que falleció en el descanso de un partido de baloncesto que jugaba con el Patronato en La Casilla y que resultó un mazazo tremendo para toda la familia del basket bizkaino. Él ya no estaba en Maristas, pero siempre le consideramos como un “niño del cole”.

– Un pajarito nos ha chivado que ganastes muchos muchos partidos…. ¿Como conseguías que esos chavales, que muchas veces tenían pocos rivales en Bizkaia, mantuvieran las ganas de seguir y seguir no solo ganando sino aprendiendo?
Porque había pasión y compromiso en lo que hacíamos. No se trataba de ser mejores o perores, que malos no éramos por cierto, pero yo creo que nuestro mayor logro fue haber sido capaces de transmitir a nuestros jugadores la ilusión por alcanzar metas y objetivos que pudieran parecer quimeras, pero que con trabajo, compromiso y continuidad casi siempre se consiguen…También perdimos algunos partidos importantes, pero nunca bajamos las manos. Eran años en los que en Maristas entrenábamos 6 entrenadores superiores titulados, y eso también fue fundamental en el trabajo y mejora de nuestros jugadores.
 – Sabemos que aún haces tus pinitos como jugador … Como te definirías como jugador?
Para resumir, yo me definiría como trabajador, voluntarioso, buen compañero…y “casi malo”, ja, ja….creo que Txus Vidorreta y yo llegamos a ser buenos entrenadores porque compartimos bastantes horas cerca de nuestros entrenadores, ja, ja…Ya hablando más en serio, como te comentaba antes, mi aterrizaje en el baloncesto fue bastante tardío (con 14 años) y me perdí esa parte tan importante en la formación de un crío que fue el minibasket y la actual categoría infantil (hay que tener en cuenta que la categoría infantil de mi época ya era con 14 años). Además la competencia que tuve en aquellos años en mi puesto de “pivot” con 1,94 tampoco me ayudó demasiado. Seguro que te sonarán los Antón Soler, Román Carbajo y compañía…

– Y aunque digamos que estas de excedencia actualmente, como te definirías como entrenador?

 Lo primero decir, que en mi opinión, el hecho de no entrenar ahora no me impide sentirme como entrenador Creo que el que es entrenador, y así lo siente, lo es para toda la vida. Respondiendo a tu pregunta, yo me considero un entrenador de los denominados “emocionales” donde siempre he considerado más importante la motivación y activación del equipo que el mero trabajo de pizarra. Soy un firme convencido de que si uno mismo es capaz de creer en si mismo y en su  “película” es mucho más fácil transmitirla a sus jugadores y alcanzar metas que inicialmente pudieran parecer quimeras. Creo que aveces nos complicamos demasiado en esto del baloncesto y hacemos complicado lo que es, y tiene que ser, mucho más sencillo. Como dice Moncho Monsalve, “el baloncesto es un deporte fácil, difícil de hacerlo bien”.

Como entrenador soy de la escuela de Gabi Gangoiti, como lo son Andoni Ibañez, Fernando Uribe o Javier Ruiz de Lazkano, entre otros, y aunque todos nosotros somos muy diferentes, compartimos la esencia de Gabi, y es la de ser apasionados de este deporte, y eso sin lugar a duda es marca Gangoiti.

– ¿Y si tuvieras que compararte con alguno de los estilos de entrenador que existen hoy en dia? (Ivanovic, Plaza, Alonso, Laso, Pascual, Vidorreta, Obradovic, etc.)
 Siempre he tratado de aprender de todos pero forjar mi propia personalidad, por eso no me gusta compararme con otros, sino andar mi propio camino. Creo que tratar de ser un “clon” de otro, aunque sea el más admirado por uno mismo, es un tremendo error que no te ayuda a madurar como entrenador.
– En los últimos años has estado muy unido al basket femenino. No hace mucho escuché a un buen entrenador de equipos femeninos como Iñigo Sainz de Trapaga comentar que técnicamente las chicas nos dan sopas con onda a los chicos. Estas de acuerdo?

A lo que yo estoy unido desde el año 2005 es al baloncesto bizkaino en su conjunto, lo que ocurre es que creo que el baloncesto femenino necesita de un especial impulso, sobre todo en el ámbito de la élite, pero los que me conocen saben que trato de ser ecuánime y consecuente en ese aspectos y tratar de ser igualitario en las oportunidades hombre y mujer en el ámbito del baloncesto.

En cuanto al nivel técnico de mujeres frente a hombres, yo creo que no depende tanto del género sino más bien del trabajo bien hecho que en los últimos años se ha realizado en el ámbito de la formación en chicas, sobre todo focalizados en algunas localidades concretas de Bizkaia. De todas formas, u en favor del baloncesto masculino en Bizkaia, he de decir que en las últimas temporadas se está trabajando mejor y esos se constata en el mayor número de jugadores de proyección y talento que están apareciendo en Bizkaia..aunque lamentablemente la mayoría de ellos están emigrando a  otros lares por falta de proyección y oportunidades en nuestro territorio histórico.

– ¿En que momento decidiste vincular tu trabajo al de la Federación Bizkaina?

Hombre!, mi trabajo está vinculado a la Ingeniería IDOM, de la que soy socio, y esto del basket “solo” es my hobby y mi pasión. Nosotros decidimos presentar nuestra candidatura a la Federación Bizkaina de Baloncesto en el año 2004 porque ya en el 2000 oímos al anterior presidente, Piru Azúa, que no entendía como después de 16 años en el cargo no había ninguna iniciativa de gente joven que quisiera tomar el mando de la federación, así que nos liamos la manta a la cabeza y en el 2004 ganamos las elecciones y hasta la fecha.

Tengo que reconocer que seguimos tan ilusionados como el primer día, pero seguramente más asentados y con una visión más global y estratégica que nos permite afrontar el presente y el futuro (si así se nos demanda y confía en nuestra gestión) con optimismo y eficacia.

– ¿Alguna anécdota curiosa vivida en tus años como entrenador??
La anécdota más curiosa que recuerdo fue cuando una vez ganado en Campeonato de España de Minibasket en Valladolid, como te comentaba antes (y con 5 de Maristas), nos recibió el entonces Ardanza en Ajuria Enea, y justo cuando íbamos a entrar en su despacho para hacerle entrega del trofeo que habíamos ganado (que era una cancha de baloncesto de cristal con una pelota dorada en el medio) se despegó la pieza de la pelota del centro del trofeo y tuve que improvisar, así que ni corto ni perezoso le saque a una jugador (Javier Lorenzo, actualmente árbitro bizkaino de Liga EBA) el chicle de la boca y con el chicle pegué el balón de nuevo al trofeo y así se lo entregamos al Lehendakari…por cierto, aguantó toda la recepción sin caerse, ja, ja!.
Lehendakari

– ¿Y alguna anécdota curiosa vivida como jugador?

Bueno, la que te he contada de la camiseta…¿te parece poco?
– Y por último Germán, una pregunta por la que han pasado el resto de entrevistados de esta sección: ¿Te atreverías a hacer un quinteto “ideal” de los jugadores que has visto jugar con la camiseta de Maristas?

Base: Javi Salgado ex equo con Josean Betolaza:
Escolta: Iñigo Laría ex equo con J.J.Davalillo
Alero alto: Mikel Rojo
Cuatro: Román Carbajo ex equo con Oscar Altuzarra
Cinco: Antón Soler

…con derecho a equivocarme

…y mis jugadores más queridos mis minis de a temporada 88/89…con especial mención a Victor García por su compromiso, pasión y trabajo.
Muchas gracias Germán! Da gusto haber recordado temporadas pasadas contigo y conocer tu paso por el club como jugador y como entrenador… y de paso volver a ver el gran tipo y persona que eres y que no has cambiado nada a lo largo de todos estos años.

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